Un mundo sin homosexualidad. Es
el sueño, el objetivo de muchos heterosexuales e, incluso, de personas gay que
ya no se definen a sí mismo como tales. ¿Por qué sienten que deben luchar por
eliminarnos, desaparecernos de un modo u otro?
Una razón es que le temen a un
mundo gay. Lo cierto es que los homosexuales no luchamos por un mundo sin
heterosexuales. Es absurdo. Nosotros somos los que defendemos la libertad y la
diversidad, ¿recuerdan? Así que no queremos desaparecer a cualquiera que sea
diferente a nosotros. Lo que sí queremos es un mundo sin discriminación hacia
los homosexuales, pues ésta atenta contra nuestra libertad al traducirse en
represión y violencia, y lo que atente contra la libertad e integridad de los
individuos no debería ser permitido. Además, al defender nuestros derechos
también defendemos los de los demás. Eso es muy diferente a querer un mundo en
el que nadie tenga una opinión distinta a la nuestra, incluso sobre la
homosexualidad, o querer un mundo en el que sólo halla gente homosexual. Eso es
ridículo, así que deberían dejar de usarlo como argumento en nuestra contra,
diciendo que, si por nosotros fuera, todo el mundo sería gay.
Otros han emprendido una lucha
contra la homosexualidad por motivos religiosos. Su excusa: es la voluntad de
Dios. Son muchas las atrocidades que se han cometido en el nombre de Dios, y
querer un mundo sin homosexualidad es un ejemplo de ellas. En el nombre de
Dios, a los gay se nos ha llegado a asesinar, encarcelar, castigar, rechazar,
discriminar, tratar como ciudadanos de segunda clase, negar derechos sólo por
nuestra orientación sexual, se nos ha maltratado socialmente, todo esto para
lograr desaparecernos o, al menos, castigarnos por existir del modo en que lo
hacemos. ¿Y cuándo, les pregunto, se detendrán ustedes en el nombre de Dios? Si
quieren respeto a sus creencias y prácticas, deben ofrecer lo mismo a cambio y
respetar, al menos tolerar, las creencias y prácticas de los homosexuales, pues
nosotros toleraremos las suyas, siempre y cuando no afecten las nuestras. Es lo
justo, ¿no es así?
A otros más simplemente les
molesta nuestra existencia. El que no nos ajustemos a sus roles sociales, el
que no nos conformemos con ser víctimas de esta imposición, el que queramos
llegar a una definición propia de nosotros mismos, eso les incomoda. Les
molesta que seamos libres para ser como queramos ser. Pero han fallado en
entender que la mera incomodidad de unos no es razón suficiente para
desacreditar el modo de ser y actuar de los demás. Esta incomodidad es muy
caprichosa como para que nos sirva de estándar ético o legal. La libertad es un
principio superior a la comodidad. Y no debemos quitarle a las personas su
libertad de ser y actuar sólo porque otros van a incomodarse.
Sea cual sea su motivo, el punto
es que estar personas concuerdan en que este mundo sería mejor sin
homosexuales. Claro, habría que revisar su concepto de “mejor”, y la escala con
la que han clasificado a los mundos posibles. ¿Mejor, un mundo con menos
diversidad, la cual no dañaba a los demás? ¿Mejor, un mundo en el que el ideal
homófobo ha triunfado? ¿Mejor, un mundo en el que se eliminó a los gay en vez
de respetarlos? ¿Un mundo en que se los “cambió” en vez de aceptarlos tal cual
eran? ¿Mejor, un lugar en el que la mayoría no fue capaz de coexistir con una
manera de ver y vivir la vida distinta a la suya? ¿Cómo puede ser mejor un
mundo como éste? El mundo sería un lugar mejor si pudiéramos comprender, de una
vez por todas, que no todos pensamos ni vivimos igual, y que no tenemos por qué
hacerlo. Llegar a esta comprensión es mucho más difícil y sería mejor para
todos que la llana desaparición y represión de un grupo social, pues esa
alternativa sería un mundo en el que la gente no aprendió la lección de la
tolerancia y la convivencia pacífica, una realidad en la que no hay que
respetar a los demás simplemente por que “los demás” no existen.
Por todo esto, yo les digo, su
ideal de un mundo sin homosexuales es absurdo. Los gay aquí estamos y no nos
iremos a ningún lado. Les guste o no, les incomode o no, piensen ustedes que
sea la voluntad de su Dios o no, seguiremos existiendo y luchando por nuestro
lugar en el mundo, pues éste también nos pertenece. ¿Por qué no compartirlo en
vez de quererlo todo para ustedes? ¿Por qué no luchar contra este egoísmo en
vez de hacerlo contra la homosexualidad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario