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He hablado antes de la dificultad que las parejas homosexuales en el mundo enfrentan para que se logre reconocer su derecho a adoptar. Un argumento que se usa en su contra es que no están capacitados para criar niños. Pero aunque pueda argumentarse que esto es falso, y la parte en contra de la adopción reconozca que los homosexuales pueden hacer un buen trabajo como padres, surge otro problema. ¿Qué pasará con estos niños en la sociedad? ¿Cómo los tratarán sus compañeros en la escuela? ¿Cómo serán capaces de integrarse a una sociedad que no “está lista” para este tipo de situación? Ellos piden se considere esto, que por favor alguien “piense en los niños”, y argumentan que su respuesta a estas preguntas es razón suficiente para negar la adopción a las parejas homosexuales. Pero incluso aquí hay gato encerrado.
He hablado antes de la dificultad que las parejas homosexuales en el mundo enfrentan para que se logre reconocer su derecho a adoptar. Un argumento que se usa en su contra es que no están capacitados para criar niños. Pero aunque pueda argumentarse que esto es falso, y la parte en contra de la adopción reconozca que los homosexuales pueden hacer un buen trabajo como padres, surge otro problema. ¿Qué pasará con estos niños en la sociedad? ¿Cómo los tratarán sus compañeros en la escuela? ¿Cómo serán capaces de integrarse a una sociedad que no “está lista” para este tipo de situación? Ellos piden se considere esto, que por favor alguien “piense en los niños”, y argumentan que su respuesta a estas preguntas es razón suficiente para negar la adopción a las parejas homosexuales. Pero incluso aquí hay gato encerrado.
¿No tienen razón, acaso? En un
país homófobo o machista, ¿no serán víctimas de un bulying despiadado los hijos
de estas parejas homosexuales? Ése parece ser, desafortunadamente, un
pronóstico en cierta medida acertado.
Pero tengo algunos problemas con este argumento, y tengo otras preguntas
qué hacer. Por ejemplo, ¿exactamente por qué se burlarán los otros niños del
nuestro? ¿Por qué tiene dos papás o dos mamás? No, señores, los otros niños se
burlarán de él porque habrán sido educados de ese modo, para burlarse de
aquello que resulte diferente, para despreciar lo “gay” como algo vergonzoso,
ridículo y sucio. Porque sus padres
permiten que así sean, porque los educadores pretenden encogerse de hombros y
decir “es cierto, es raro eso de que tenga dos papás”. O dos mamás.
En otras palabras, lo que estas
personas que se oponen a que las parejas homosexuales puedan adoptar nos están
diciendo es: “ustedes no deben adoptar porque si lo hacen, nosotros vamos a
hacerle la vida imposible a sus hijos, por favor, piensen en los niños y no los
sometan a esa clase de tortura que nuestros hijos van a propinarles”. ¿Hablan
en serio? ¿De verdad quieren negarme a
mí el derecho a la adopción y a estos niños el derecho de tener un hogar por
“temor” a las desagradables consecuencias que esto pueda tener, las cuales
serán provocadas por ustedes mismos? ¿No será acaso que los que tienen que
cambiar su actitud son otros? ¿No será que es hora de que ustedes eduquen mejor
a sus hijos para que sean un poco más tolerantes con aquellos que no tengan una
familia exactamente igual a la suya?
Y lo siento, pero la cosa no
mejora si me dices que tú eres tolerante y educarás a tus hijos para que
toleren, pero aún así no estás de acuerdo con que los homosexuales adopten,
argumentando que serán “otros, no los tuyos” quienes le hagan la vida imposible
a mis hijos. Esto es el equivalente a
decir: “es que así son ellos”, y simplemente quedarse de brazos cruzados y
votar porque las cosas se queden así como están, y negarnos el derecho de la
adopción a nosotros, el derecho a una familia a estos niños, y dejando que
estas otras personas sigan haciendo las cosas mal. Entiendo que a veces la
situación social y cultural no son las más favorables para el cambio o
implementación de una nueva política que pretenda ser más tolerante, pero lo
que se escriba en las leyes en este sentido ya es en sí un avance, y dota a los
discriminados de herramientas legales y oficiales para defenderse. Además, se
trata de hacer lo correcto y de favorecer legalmente a quien realmente se lo
merece. No podemos menospreciar que se cambien las leyes a favor de la
tolerancia, por más adversa que nos parezca la situación cultural y social. Los
que lucharon por los derechos civiles en contra de la discriminación racial
entendieron esto, y los homosexuales haríamos bien en seguir su ejemplo. Y si
de verdad no es practicable una legislación de este tipo, al menos debe
considerarse su logro como un objetivo a futuro, no simplemente descartarla y
ya.
Así que si ustedes mismos son la
principal objeción al derecho de adopción para las parejas gay, háganse a un
lado, vivan y dejen vivir, y verán cómo nosotros somos capaces de tener una
familia también.