lunes, 13 de febrero de 2012

Adopción Gay 1/4


Hoy en día, es difícil aún lograr que en un país se apruebe la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.  Hay muchas razones para esto, y muchos argumentos en contra, los cuales encuentran su raíz en la religión, las costumbres, la tradición, la cultura, los prejuicios.  Cuando todos los demás argumentos tambalean, hay uno que sigue siendo muy efectivo para hacer dudar a quienes dejan de ver en los matrimonios gay una amenaza, el que sostiene que si se legaliza el matrimonio homosexual, estas parejas tendrán el derecho a adoptar, y esto sería la verdadera desgracia. 

¿Por qué? Una de las razones principales es la suposición de que los gays no somos capaces de criar niños y, por lo tanto, no se puede dar el derecho a la adopción, y si éste viene incluido con el matrimonio, ha de sernos negado igualmente.  Pero la premisa es falsa, pues los gays son perfectamente capaces de criar niños.

Verán: esto de “criar a los hijos” es una labor admirable porque es necesaria y ardua.  No es de sorprenderse, entonces, que creamos que no todos los seres humanos pueden llevarla a cabo.

Pero, ¿puede declararse que todo un grupo, todo un tipo de personas no está calificado para criar a un niño? Puede ser.  La experiencia nos dice que los bebés no pueden cuidar a otros bebés. Los niños difícilmente podrán criar a otros niños dado que ellos mismos no han terminado de criarse. Las personas muy ancianas estarán también limitadas en esta capacidad de cuidar a alguien más, pues ya bastantes problemas tendrán con cuidarse a sí mismos. Las personas que sufran de ciertos tipos de enfermedad mental pasarán por una situación similar, además de que, por supuesto, su percepción de la realidad puede ser hasta una amenaza para la seguridad de un niño. Entonces, por supuesto, puede decirse que algunos tipos de personas, grupos de enteros de ellas, no están capacitados para criar niños.  Por lo tanto, es sensato determinar a qué tipo de personas se les puede dar este derecho a adoptar y a quienes no se les puede otorgar.  El problema es que en muchos lugares, la decisión se toma en contra de las parejas homosexuales.

Por que, ¿se puede decir que el ser homosexual lo incapacita a uno automáticamente para criar a los hijos? Ésta tarea parece ser y, de hecho es, una tarea difícil, titánica. Pero como toda tarea enorme, se la puede dividir en tareas y acciones muy pequeñas y simples. Para  cuidar de un bebé, por ejemplo, uno debe cambiarle los pañales, darle de comer, jugar con él, hablarle, vestirlo, bañarlo, limpiarlo, llevarlo con el médico si presenta algún síntoma desfavorable, y muchas más. ¿No es capaz un adulto de cambiar pañales sólo por que es homosexual? ¿No puede un adulto gay tener un ingreso suficiente y estable y proveer a un niño de alimentación, vestido y vivienda? ¿No puede una persona adulta pasar tiempo con sus hijos, inscribirlos en una escuela, levantarse temprano para prepararles el desayuno antes de llevarlos a clases, estar al pendiente de sus notas, sólo por que se trata de una lesbiana? Ser gay significa, de manera muy básica, sentir atracción sexual por las personas del mismo sexo, y hacia ellos sentir esta inclinación sentimental y romántica. Eso es todo, es la única condición necesaria para ser gay.  Ese límite es amplio, y dentro de él encontraremos todo tipo de personas. Ser gay no implica la ausencia de la capacidad para llevar a cabo todas esas pequeña tareas que, en conjunto, componen la gran tarea de criar hijos, y tampoco implica la falta de la constancia, el temple y amor necesarios para realizarla satisfactoriamente. 

Pero me preguntarán: ¿y qué hay de los valores? ¿Son capaces los homosexuales de inculcar valores morales a sus hijos? Mi respuesta sería que pasa lo mismo con los heterosexuales: algunos sí lo son, otros no. A uno sí se les podrá dar este derecho, a otros no. Además, si ustedes están pensando en sus valores religiosos tradicionales, en contra de la homosexualidad, pues no, tal vez no seamos capaces de hacer eso, pero valores cívicos, éticos, dentro de un marco en el que no se condena a la homosexualidad, claro que sí podemos. Y por supuesto, tenemos la capacidad de amar a nuestros hijos tanto como ustedes.
Así que, por favor, dejen de decirme que no soy capaz de criar a un hijo sólo porque soy gay.

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