lunes, 13 de febrero de 2012

¡No te pongas el condón!




Éste video me recordó la guerra que la Iglesia católica le ha declarado al uso del condón. No los entiendo. 
Ellos argumentan que el condón no es cien por ciento efectivo para la prevención del contagio del V i H, y, por supuesto, tienen razón. Toda relación sexual conlleva riesgos, pero lo que me molesta es que utilicen la imperfección del preservativo para argumentar que la abstinencia y la monogamia son las únicas respuestas al problema.  

El condón no puede hacerlo todo para prevenir el contagio de enfermedades, pero la abstinencia y la monogamia tampoco pueden porque es claro, aunque estas personas se nieguen a verlo, que hay millones de personas en el mundo que no están dispuestas a practicarlas. ¿Y cuál es su propuesta ante esto? Convencerlos de cualquier manera y, en el mejor de los casos, dejar el uso del condón sólo como una desagradable última opción, y a veces ni eso. Es claro que pretenden utilizar los problemas que hay en el control de una epidemia mundial para promover su idea de moralidad. Además, es una gran oportunidad para seguir vendiendo la idea de que la homosexualidad no sólo es pecado y es inmoral, sino además es mortal.  

Abstenerse de tener relaciones para evitar el contagio del V i H es como dejar de subirse a los automóviles para evitar los accidentes de tráfico. La monogamia, por otro lado, es como conducir el auto únicamente alrededor de la cuadra. ¿Ven hacia dónde voy con esto? Pero no me malentiendan: si alguien quiere irse caminando a su trabajo todos los días o manejar su carro a no más de cincuenta metros de su casa, perfecto, esa es su decisión y tienen derecho a hacerlo. Pero pretender que todos hagamos lo mismo, venir a decirnos que el cinturón de seguridad no te salva la vida todo el tiempo y que por eso es mejor no subirse al auto para evitar un accidente mortal, ¡por favor!, eso es de ingenuos, de ciegos. Decirle a la gente cuánto sexo debe tener es no entender como gira el mundo. Hay que admitir que el preservativo no es mágico, pero decir que éste no sirve para nada en la lucha contra el Sida es peligroso y no ayuda a la causa.

Necesitamos algo mejor que eso. Una solución integral que tome en cuenta el derecho que tienen las personas a tomar distintas decisiones acerca de su sexualidad. Algunos se sentirán cómodos con la abstinencia o con la monogamia, las cuales sin duda son medidas eficaces contra la transmisión del V i H, incluso más que el condón, pero hay que entender que otros quieren vivir su sexualidad de otro modo. En ellos también hay que pensar y ofrecerles opciones y, hoy por hoy, el condón es una de las mejores. Esto lo debería reconocer la Iglesia católica, pero esto se opone a su propósito de satanizar el uso del condón para argumentar que su propuesta es la única opción válida.

Es mejor informarse y tomar decisiones propias. Seamos los suficientemente inteligentes para admitir que no hay una única medida que resuelva este dilema, que la epidemia del V i H es real y que, a pesar de ella, la gente debe ser libre de elegir cómo vivir su sexualidad. ¿Qué harás tú? Eso depende de ti, pero harías bien en entender que no hay una opción válida solamente, que cada una cuenta con sus pros y contras y que los demás tienen el derecho a tomar una decisión diferente a la tuya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario