¿Eres tolerante? La respuesta de muchos es un automático "claro que si",
pero creo que deberíamos detenernos a pensar si esto es cierto o no. ¿Somos
tolerantes de verdad? ¿Qué es la tolerancia?
La
tolerancia se ha vuelto un valor que, como muchos, se promociona por todos
lados, pero es difícil encontrar a quienes la practican. Los discursos están
llenos de esta palabra, las instituciones se adornan con ella, pero a mí lo que más me interesa no son esos grupos que
públicamente se dicen ser tolerantes, sino cómo la viven los individuos. El
germen de la intolerancia está en cada uno de nosotros, así también como la
capacidad de ser tolerante.
Pero,
¿qué es tolerar? Uno de los aspectos de la tolerancia es el permitir. Sobre lo
que debe ser permitido o no, no pienso profundizar mucho en esta ocasión, pero
creo en la libertad, por lo que podría adelantar que aquello que no dañe a
otros de manera directa y objetiva debería ser permitido. Por lo tanto tolerar
no es permitir cualquier cosa. Se tratará de situaciones con las que no estemos
de acuerdo pero que no nos causan un daño directo y objetivo, y como sería más
el daño causado a otros al prohibirlas, por eso hay que “tolerarlas”, es decir,
hay que aguantarse.
Así
es, la tolerancia no es un valor fácil de practicar, ni es bonito hacerlo ni
agradable la mayoría del tiempo, como la publicidad política nos quiere hacer
creer. ¿Te crees tolerante con los gay porque tienes un amigo gay que te cae
bien o porque, en general, los gay te parecemos agradables? Gracias, pero eso
no es tolerancia, es una simpatía natural que tienes hacia la gente como yo.
¿Te crees tolerante porque no te importa en lo más mínimo lo que los gay hagan
con otros gayen la cama, porque te tiene sin cuidado que se casen o no, porque
no tiene nada que ver contigo? Eso no es tolerancia, es indiferencia, y si bien
los gay podemos aprovecharnos de ella, pues es preferible a una intolerancia
activa y militante, esa misma indiferencia nos puede afectar en otros aspectos sociales,
y no de manera positiva (la corrupción es posible gracias a la debilidad de los
honestos y la indiferencia del resto).
Si
te caigo bien, o si no te importa en absoluto lo que la gente como yo hace de
su vida, entonces te agradezco tu simpatía, incluso tu indiferencia, pero no tu
tolerancia. Eres tolerante con los gay si se te revuelve el estómago cada vez
que vez a una pareja gay besándose y, aun así, los dejas seguir con lo suyo,
entendiendo el derecho que tienen a hacer esto. Eres tolerante si estás en
abierto desacuerdo con las creencias religiosas de otra persona, si te molesta
de verdad su interpretación de la biblia o su concepto de Dios y, aún así, les
permites seguir su camino sin interferir. Eres tolerante si crees que los que
siguen tal o cual líder político o partido son unos idiotas, pero te detienes
antes de pelear con ellos y ofenderlos.
Porque
lo que los discursos oficiales no van a admitir, es que tolerar es prácticamente odiar, pero dejar vivir, dejar
ser, las dos cosas al mismo tiempo.
Tolerar es pensar que el otro está equivocado y, sin embargo, cruzarse de
brazos en vez de empujarlo. La tolerancia implica albergar sentimientos muy
negativos hacia los otros y ser capaces de controlarlos. La tolerancia, así
pues, da pie a la reflexión sobre estos sentimientos, a la reconsideración de
nuestra postura, puede ser un primer paso hacia un auténtico respeto, pero en
su forma básica, la tolerancia es ejercer el control sobre nuestro odio hacia
los demás.
Entonces,
¿eres tolerante? Cuando te encuentras con aquello que más odias, considerando
que no te ocasiona un daño directo y objetivo, ¿lo dejas ser? La tolerancia
está casi contra nuestros instintos: si algo huele mal, nos tapamos la nariz,
si algo nos da comezón, nos rascamos, y
si algo nos molesta nuestro instinto nos impulsa a hacer algo al
respecto, a eliminarlo. Y nuestra
educación y cultura refuerzan de muchas maneras esos instintos. Por eso hay
quienes sienten la necesidad de aplastar al chico afeminado de la clase, de
burlarse de la niña "marimacha", porque es diferente, porque les
revuelve el estómago.
Es
ésta la importancia de la tolerancia. Tal vez tú pienses que yo soy un
pervertido, que está mal es estilo de vida que he elegido, que ser gayes un
pecado o qué se yo. Y yo no puedo exigirte que cambies tu manera de pensar,
puedo conversar contigo, puedo exponerte mi punto de vista, pero hasta ahí. Y
por eso es importante la tolerancia, porque creo que esta sí puede exigirse. La
tolerancia si puede escribirse en un código legal, la intolerancia, la
discriminación si pueden penalizarse y por eso un valor como la tolerancia
puede proteger a la gente como yo de tu odio, y a otros del mío.
Por
eso no es un asunto trivial el ponernos a pensar si somos de verdad tolerantes,
si tenemos la capacidad de soportar a aquellas personas que nos parecen
equivocadas o incluso despreciables. Sólo así estaremos preparados para
controlarnos y evitar la violencia. Y, si todo sale bien, quizá podamos
reconsiderar nuestras ideas y llegar a respetar legítimamente a quienes no
están de acuerdo con nosotros.
Entonces,
¿qué piensas? ¿Eres tolerante?
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