sábado, 11 de febrero de 2012

¿Eres Tolerante?

¿Eres tolerante? La respuesta de muchos es un automático "claro que si", pero creo que deberíamos detenernos a pensar si esto es cierto o no. ¿Somos tolerantes de verdad? ¿Qué es la tolerancia?

La tolerancia se ha vuelto un valor que, como muchos, se promociona por todos lados, pero es difícil encontrar a quienes la practican. Los discursos están llenos de esta palabra, las instituciones se adornan con ella, pero a mí lo  que más me interesa no son esos grupos que públicamente se dicen ser tolerantes, sino cómo la viven los individuos. El germen de la intolerancia está en cada uno de nosotros, así también como la capacidad de ser tolerante.

Pero, ¿qué es tolerar? Uno de los aspectos de la tolerancia es el permitir. Sobre lo que debe ser permitido o no, no pienso profundizar mucho en esta ocasión, pero creo en la libertad, por lo que podría adelantar que aquello que no dañe a otros de manera directa y objetiva debería ser permitido. Por lo tanto tolerar no es permitir cualquier cosa. Se tratará de situaciones con las que no estemos de acuerdo pero que no nos causan un daño directo y objetivo, y como sería más el daño causado a otros al prohibirlas, por eso hay que “tolerarlas”, es decir, hay que aguantarse.

Así es, la tolerancia no es un valor fácil de practicar, ni es bonito hacerlo ni agradable la mayoría del tiempo, como la publicidad política nos quiere hacer creer. ¿Te crees tolerante con los gay porque tienes un amigo gay que te cae bien o porque, en general, los gay te parecemos agradables? Gracias, pero eso no es tolerancia, es una simpatía natural que tienes hacia la gente como yo. ¿Te crees tolerante porque no te importa en lo más mínimo lo que los gay hagan con otros gayen la cama, porque te tiene sin cuidado que se casen o no, porque no tiene nada que ver contigo? Eso no es tolerancia, es indiferencia, y si bien los gay podemos aprovecharnos de ella, pues es preferible a una intolerancia activa y militante, esa misma indiferencia nos puede afectar en otros aspectos sociales, y no de manera positiva (la corrupción es posible gracias a la debilidad de los honestos y la indiferencia del resto).

Si te caigo bien, o si no te importa en absoluto lo que la gente como yo hace de su vida, entonces te agradezco tu simpatía, incluso tu indiferencia, pero no tu tolerancia. Eres tolerante con los gay si se te revuelve el estómago cada vez que vez a una pareja gay besándose y, aun así, los dejas seguir con lo suyo, entendiendo el derecho que tienen a hacer esto. Eres tolerante si estás en abierto desacuerdo con las creencias religiosas de otra persona, si te molesta de verdad su interpretación de la biblia o su concepto de Dios y, aún así, les permites seguir su camino sin interferir. Eres tolerante si crees que los que siguen tal o cual líder político o partido son unos idiotas, pero te detienes antes de pelear con ellos y ofenderlos.

Porque lo que los discursos oficiales no van a admitir, es que tolerar es  prácticamente odiar, pero dejar vivir, dejar ser, las dos cosas al mismo  tiempo. Tolerar es pensar que el otro está equivocado y, sin embargo, cruzarse de brazos en vez de empujarlo. La tolerancia implica albergar sentimientos muy negativos hacia los otros y ser capaces de controlarlos. La tolerancia, así pues, da pie a la reflexión sobre estos sentimientos, a la reconsideración de nuestra postura, puede ser un primer paso hacia un auténtico respeto, pero en su forma básica, la tolerancia es ejercer el control sobre nuestro odio hacia los demás.

Entonces, ¿eres tolerante? Cuando te encuentras con aquello que más odias, considerando que no te ocasiona un daño directo y objetivo, ¿lo dejas ser? La tolerancia está casi contra nuestros instintos: si algo huele mal, nos tapamos la nariz, si algo nos da comezón, nos rascamos, y  si algo nos molesta nuestro instinto nos impulsa a hacer algo al respecto,  a eliminarlo. Y nuestra educación y cultura refuerzan de muchas maneras esos instintos. Por eso hay quienes sienten la necesidad de aplastar al chico afeminado de la clase, de burlarse de la niña "marimacha", porque es diferente, porque les revuelve el estómago.

Es ésta la importancia de la tolerancia. Tal vez tú pienses que yo soy un pervertido, que está mal es estilo de vida que he elegido, que ser gayes un pecado o qué se yo. Y yo no puedo exigirte que cambies tu manera de pensar, puedo conversar contigo, puedo exponerte mi punto de vista, pero hasta ahí. Y por eso es importante la tolerancia, porque creo que esta sí puede exigirse. La tolerancia si puede escribirse en un código legal, la intolerancia, la discriminación si pueden penalizarse y por eso un valor como la tolerancia puede proteger a la gente como yo de tu odio, y a otros del mío.

Por eso no es un asunto trivial el ponernos a pensar si somos de verdad tolerantes, si tenemos la capacidad de soportar a aquellas personas que nos parecen equivocadas o incluso despreciables. Sólo así estaremos preparados para controlarnos y evitar la violencia. Y, si todo sale bien, quizá podamos reconsiderar nuestras ideas y llegar a respetar legítimamente a quienes no están de acuerdo con nosotros.
Entonces, ¿qué piensas? ¿Eres tolerante?

No hay comentarios:

Publicar un comentario